Por más trillado que suene, las historias nos apasionan. Incluso el hecho de ser meramente espectadores de ellas, el acto consciente de ver es suficiente y puede provocar una reacción en cadena dentro de nosotrxs.
Es como una piedra lanzada al agua, creando olas a su alrededor; un efecto similar sucede en nuestro interior, en donde estas olas terminan por impulsarnos a vivir y crear nuestras propias narrativas.
Queremos ser protagonistas, con la esperanza de que ahora sean nuestras historias las que puedan dar continuidad a esas olas que, en su momento, nos hicieron dar un paso hacia adelante, y que, a su vez, puedan tener el mismo efecto en otros.
A lo largo del camino, encontramos a personas que se cruzan en nuestras vidas, que nos ayudan a contar nuestra historia y nosotros la de ellxs. Siempre hay algo que contar, aunque puede ser sencillo olvidarlo hoy en día. Pero es importante ser escuchado, aunque sea pegar un grito al vacío puede ser catártico, incluso puede que el vacío te grite de vuelta. Éste es nuestro intento por hacerlo.
Hay historias que siempre están cerca.
Nosotros hemos encontrado en la fotografía analógica una herramienta invaluable para capturar esos momentos y darle continuidad a nuestras historias. En Foto Hércules creamos un espacio dedicado a las imágenes, donde cada una recibe el cariño y la atención que merece, reconociendo el valor del trabajo y las memorias de quienes confían en nosotros para preservar sus recuerdos.
En este camino hemos tenido la fortuna de conocer a grandes personas que decidieron compartir su testimonio y su visión de cómo viven la fotografía desde este Espacio Fotográfico Hércules.
Isao Hernandez
Yo soy Isao Hernandez Ordaz tengo 23 años y formo parte del equipo de revelado y estoy encargado de los procesos húmedos, es decir, blanco y negro, ECN-2, diapositiva (E6), postivo blanco y negro.
Mi interés por la fotografía nació por Instagram cuando era un pequeño niño de secundaria en Toluca. Conocer esa red social fue lo que me impulsó a hacer fotos, fue mi puerta de entrada a este mundo de las imágenes. Terminé la prepa, y al momento de comenzar mi proceso para entrar a la universidad a mí me interesaba muchísimo la Biología, era mi primera opción y mi segunda opción era alguna carrera relacionada a las Artes. Fue ahí donde pensé en retomar la idea de la foto. En el inter que tuve al no entrar a la universidad comencé un diplomado de fotografía digital, sin tener conocimiento de que la fotografía análoga seguía existiendo. Después me enteré de que existía la escuela Activa de fotografía, fue ahí donde entré a la escuela, y redescubrí la fotografía a través de la foto análoga y ahí empezó mi encanto por la foto análoga más que por la digital.
Elijo la fotografía análoga por muchas razones, una de ellas es porque me gusta sentir que es algo que puedo tocar.
Me gusta esa sensación de tocar el negativo junto con el proceso completo de ampliar la foto, me hace sentirla más real y también lo siento como un proceso más artesanal, tiene más encanto, y lo disfruto mucho más que hacer foto digital.
Creo que ahora la cotidianidad de cualquier persona (me incluyo) está bombardeada de imágenes todo el tiempo, gracias a los celulares, en la misma calle, espectaculares, anuncios, en la televisión, el internet. Todo esto yo lo vivo un poco más intenso, me resulta más cansado y como fotógrafo creo que es hartante, me canso y me tomo mis recesos por lo mismo, e incluso paro de hacer fotos y me digo a mi mismo “ya, fue demasiado”.
Como laboratorista es diferente, es divertido porque eres el que ayuda a que esa imagen aparezca y sea visible para todos.
Yo tengo muy presente este momento del acto fotográfico que para mí comienza desde que tengo que elegir el rollo, el proceso de ponerlo en la cámara, cargarlo, empezar a disparar; puedo tomarme un mes en acabarme un rollo, lo disfruto poco a poco, incluso todo lo que sucede al terminar de disparar el rollo cómo lo es el recorrerlo y sacarlo de la cámara, hasta adentrarme a la parte de revelado y tener la posibilidad de experimentar, olvidarme de que existe una hoja de datos que me dice un tiempo y una temperatura y yo decidir hacerlo diferente, empezar a trabajarlo cómo se me antoje y como se me da la gana.
Todo este proceso para mi es el acto fotográfico y me resulta muy introspectivo.
En este momento de mi vida estoy buscando entenderme a mi mismo a través de este acto fotográfico. Así que ahora tengo muy presente que todo lo que estoy trabajando de fotos y de más, es con la intención de entenderme a mí mismo. Para mi eso es la foto en este momento.
No hay duda de que existe gente para la cual es muy importante este laboratorio porque es aquí donde vienen a revelar sus tareas, sus trabajos, sus fotos de vacaciones y para ellos son recuerdos importantes, es de un gran valor para las personas el hecho de tener este espacio para venir y revelar sus fotos. Me gustaría poder crear un poco más de conciencia respecto a cómo funciona el revelado, ya que considero que no hay mucho entendimiento del proceso porque es algo que difícilmente se sepa o conozca, por lo mismo no creo que sea algo que se le tome realmente el valor. Ya que detrás de sus imágenes hay una persona que cuida sus rollos, hay alguien que se encarga de que sí salga la imagen, saber que revelador le queda mejor, estar al pendiente de los tiempos, de la temperatura, etc. Es común que la gente en general no tenga idea de esta parte del trabajo, además del valor que tiene el hecho de poder tirar un rollo y después revelarlo. Yo me esfuerzo por hacerlo bien a pesar de que hay una mayoría que no está tan familiarizada con todo el proceso. No me tengo permitido ningún error porque si en algo fallo, la imagen no sale y la persona de quien sea el rollo se decepciona.
Ivan Toral
Soy Ivan Toral tengo 23 y soy laboratorista en FH.
Creo que la fotografía siempre ha estado presente en mi vida de alguna manera. Desde el hecho de recordar cosas, ya que en mi familia es muy común que en navidades, cumpleaños, etc, nos juntemos todos a ver fotos impresas o ver vídeos de VHS. Era muy lindo y algo que siempre ha estado latente, así que yo creo que he estado rodeado de la fotografía de esta manera desde mi infancia.
Pero un interés más consciente surgió hasta la prepa, en CCH Oriente, allí tomé un clase de “Expresión gráfica" en donde la maestra nos enseñó muchas posibilidades con respecto a la fotografía. También en ese entonces mi papás compraron una cámara digital Nikon que me fui adueñando poco a poco, y con un amigo que conocí en ese entonces, compartimos juntos ese gusto por la fotografía y nos acompañamos en el proceso de descubrir la foto. Me empezó a gustar mucho lo documental, creo que es una de las funciones más valiosas de la foto, obtener un registro fotográfico siempre es bueno.
Recuerdo la primera vez que recogí los negativos de mi primer rollo y vi mis fotos de una manera muy distinta a comparación de la foto digital, me dió un feeling mucho más real, sentía que el enfoque y la nitidez estaban en otro nivel. Siento que sí es muy distinto a comparación de la foto digital ya que al ser algo físico y palpable, lo sientes más real, incluso el simple hecho de tener los disparos contados lo vuelve más íntimo para mí.
Desde ese entonces me enamoré de la foto análoga pero no fue hasta la Universidad donde comencé a involucrarme en todo el proceso químico que existe para obtener la imagen del rollo y aprender los distintos procesos de revelado, descubrí que toda la parte química era algo que me encantaba hacer.
Sea lo que sea que haya en esas fotos, todas son importantes para alguien.
El darle esa paciencia a las cosas, como lo puede ser el film o como lo puede ser el contemplar, opone resistencia al consumo y es lo que me gusta.
Me gusta mucho poder trabajar lo documental. Creo que uno de los temas que quisiera seguir desarrollando es visibilizar realidades diferentes a las mías, no necesariamente marginadas o algo así, si no solo hacer ese trabajo de exponer realidades. Sí con cierta problemática de fondo pero que la foto sea el pretexto para llevar algo a más personas.
Fernando Retana
Yo soy Fernando, tengo 24 años y estoy en el área de Atención al Cliente.
Mi interés por la fotografía nació de las películas, desde muy pequeño yo vi muchas películas y siempre me gustó cómo te podían capturar o transportarte a otro lugar, que era tan intenso que incluso cuando acababa la película te quedabas con una sensación de “Oh, ahora tengo que regresar a mi vida normal”. Ya después, más en mi adolescencia, empecé a darme cuenta de que había gente que hacía fotografía de manera profesional y a mis 16 años me regalaron mi primera cámara, todo empezó desde ahí.
Habiendo empezado a tomarle foto al mundo con mi teléfono, como la mayoría de nosotros hoy en día, solamente si veía algo y me gustaba tomaba la foto, sin importar mucho en la exposición, la composición, que estuviera bien la luz, etc. Era algo muy intuitivo, a lo mejor la borro en 2 días, pero en ese momento me gustó y es suficiente, creo que todo parte de ahí. Después cuando empiezo a tomar fotos con mi cámara más o menos a los 16 años, lo hacía de una manera muy reglamentaria pensando en que para tomar una foto necesitaba de un sujeto, objetos de acompañamiento, guías de línea, etc.
Mi relación con la foto y con el flujo de imágenes diario es muy emocional.
Pero por todo este tema artístico de la foto análoga también lo he vuelto como parte de mi ritual del día a día. Puedo ver algo que me gusta y es como abrir ese tercer ojo, en el que puedo ir reconociendo estos elementos de lo que podría decir es “mi fotografía”
Mi primera Cámara fue una digital, una Nikon D 3400, me la regalaron mis papás y con esa cámara he tomado fotos increíbles que significan muchísimo para mí. Tiene más o menos 2 años que empecé a hacer foto análoga y creo que el salto en aprendizaje desde que hacía foto digital a estos últimos 2 años es abismal, porque pienso que la foto análoga te fuerza a ver y te fuerza a respetar ciertas reglas, a trabajar con ciertas medidas, que fui aterrizando de manera más consciente por la naturaleza de esta, y ahora lo tengo mucho más presente. Con la foto análoga no tienes pantallas que te guíen, solamente cuentas con lo que sabes y con prueba y error.
A mí me gusta contar historias a través de mis fotos y es sobre todo contar esas historias que les llamo yo el lado B de la historia, como si fuera un disco de vinilo, porque a lo mejor el lado A es lo que más se cuenta y el lado B pueda ser incómodo para mucha gente, puede ser que se sientan obligados a ver o se sientan irresponsables por la forma en la que viven.
Me gusta contar las historias que no se han contado
Creo que se ha perdido parte del ritual, porque ahora con un celular puedes tomar 20 fotos y a lo mejor borrar todas porque no te gustó ninguna, porque sabes que puedes volver a tomar esas 20 fotos, y creo que se pierde el proceso de apreciación y aprobación, y un segundo momento para pensar tus fotos.
Además, siento que es muy sencillo perderse trabajando aquí, perderse entre tantos rollos, entre tantas fotos, es fácil el decir “es una foto más”, pero tomarse un momento, dar ese paso atrás y apreciar lo que sucede en este lugar, creo que es especial. Cada rollo, cada frame, cada exposición es una historia, es todo mundo en sí y es casi un sacrilegio el perder un frame o el perder una imagen. Así que si no tenemos el mayor aspecto de cuidado con cada uno de los rollos y los tratamos como lo que son, pues entonces no somos mejores que un iPhone.
Monserrat Herrera
Soy Monse, tengo 21 años y trabajo en Atención al Cliente en FH.
Cuando estaba chiquita mi papá me regaló mi primera cámara, creo que fue cuando tenía 15 años, fue una de super 8 o de un formato similar que a pesar de que no funcionaba, esto me dio mucha curiosidad, el cómo se podía arreglar y de esta manera me empecé a meter en el mundo análogo, por que vi que había más posibilidades que solo las del video digital. Desde entonces me enamoré de que podía inmortalizar las cosas con un aparato. Además, tenía un vínculo con él a través de la foto, y creo que eso fue lo que más bonito me pareció.
El ser fotógrafa, y tener la fortuna de poder compartir eso con mi pareja, con amistades, con mi propia familia, mis compañeros del trabajo es algo que lo convierte en un vínculo muy fuerte conmigo, yo siento que me conecto de una manera muy potente con lo audiovisual.
Prefiero la foto análoga, porque siento que es el estado más puro de una química para obtener resultados visuales.
Siento que es lo más puro, lo más genuino que puedes tener respecto a la imagen.
La primera vez que disparé un rollo, ya fue cuando estaba en la Universidad, porque todas las cámaras solo las coleccionaba y nunca me atrevía a sacar fotos. Me daba mucho miedo, soy una persona súper autocrítica entonces me daba temor, el rechazo ajeno y el propio, fue hasta entonces cuando disparé mi primer rollo y al final afortunadamente me salió bien.
Me gusta mucho la espontaneidad, aunque últimamente me gustaría dirigir mi trabajo hacia lo editorial, ya sea de pasarelas, modelaje, etc. Tengo claro que sería respecto al mundo de la moda, siento que es muy bonito y se me han presentado varias oportunidades de eso entonces yo creo que va un poco por ahí, en este momento de mi vida.
Yo creo que conocer a las personas que trabajan dentro es lo que más me llevo conmigo siempre; ese impacto que tengo relacionándome con los demás es lo más valioso que encuentro aquí en Foto Hércules y siento que si yo valoro así a los demás, ellos me valoran de la misma manera a mí y mi trabajo se vuelve importante.
Yo percibo a Foto Hércules como una herramienta de acercamiento entre tradiciones y cotidianidad de una manera muy contemporánea. Lo veo como una conexión, como una liga y qué mejor que poder conectar a las personas con lo que ya tuvieron o con conocimientos del pasado y aplicarlos al presente.
Vera
Soy Vera, tengo 27 años y estoy en el área de Atención al Cliente y de Archivo.
Creo que mi interés por la fotografía tuvo que ver en principio con mi interés por las artes en general, realmente me gusta todo lo que está relacionado con ver y observar. Pero no se volvió real, sino hasta que agarré una cámara digital y comencé a salir a la calle a tomar fotos. Me tomaba fotos a mí, a mis mascotas, a mi familia.
Encontré en la fotografía una intimidad que podía crear con las personas.
A través de la imagen que no había podido encontrar en otras disciplinas que me interesaron, como lo fue el dibujo, la pintura, etc. Además, en mi carrera también leía muchas cosas sobre fotografía o sobre imagen y eso generó un interés aún más grande para mí.
Creo que el momento de tomar una foto es similar al tratar con personas, es un poco también crear cierta complicidad o intimidad para que se sientan en confianza de dejar sus rollos y más porque están dejando parte de su vida en los rollos que nos entregan.
Actualmente me interesa más la foto análoga, a pesar de que yo inicié con una cámara digital. La foto que empecé a tomar era de calle, de la vida cotidiana, o muchas veces bajo el contexto de marchas o eventos sociales y políticos, etc. La foto análoga creo que me ayudó a tomarme la foto más en serio, con esto me refiero a él retratar mi día a día, lo que me pasa a mí, además actualmente lo análogo corresponde más con las inquietudes que tengo en la vida.
Creo que lo que busco en mi fotografía ahora tiene que ver con la intimidad y con procesos que me están atravesando actualmente; intimidad, con la relación que estoy teniendo en varios aspectos de mi vida, conmigo misma, pero también con mi pareja, con mi familia, con lo que hago.
Es un proceso muy, muy íntimo, cercano al registro porque sí tiene que ver con la memoria y con la identidad, pero también con explorar.
Un día de mudanza me encontré con una foto análoga, que me remonto a un muy lindo recuerdo, yo creo que ese fue el primer momento donde me plantee la posibilidad de comprar una cámara análoga, pensando en que también puedo hacer otras cosas más allá de la fotografía digital, ver otras posibilidades.
Después de esto me regalaron mi primer cámara análoga en una navidad, una Canon AE-1; me compré un rollito y empecé a tomar fotos y recuerdo que me lo gasté todo en un picnic y me gustaron mucho las fotos, además, me gustó mucho la espera, yo estaba emocionadisima esperando a que me llegaran las fotos a mi correo. Pensé en que estoy sintiendo cosas que con la foto digital no siento como justo la emoción y la angustia de pensar si habrán salido o no. Fue muy mágico.
Siento que es bien importante la existencia es de estos lugares, no solo para crear comunidad, sino porque literalmente, por el crecimiento y popularidad que ha vuelto a adquirir la foto análoga de unos años para acá, creo que está chido tener opciones, está chido tener un lugar donde puedes confiar un pedazo de tu vida y tener la certeza de que no va a salir mal.
Ahora hablando de otros intereses que tengo en general, que tienen que ver con lo cultural y lo histórico, pienso en que la existencia de este laboratorio junto con otros, tal vez ahora no se sienta tan palpable, pero en unos años va a ser súper relevante porque justamente se inserta en otras culturas. Por ejemplo, veo fotos de revistas, editoriales o de producto y muchas son tomadas con estos procesos análogos. Entonces siento que eso modifica la mirada de las personas, la práctica de quienes hacen las imágenes, pero también los lazos sentimentales que creamos con las imágenes y está chido, pensar que, aunque lo digital obviamente sigue reinando, no es imposible o no tenemos que ir hasta el fin del mundo para probar otras opciones.
Kaneda
Yo soy Edgar Iván Arenas Nieto AKA Kaneda. Tengo 28 años y estoy a cargo de Foto Hércules en Club.
Creo que la fotografía es algo que está como muy dentro de mí. Mi abuelo materno era fotógrafo, él lo hacía más por hobby, porque mi abuela lo mantenía y le compraba el equipo más profesional, y mi abuelo paterno sí se dedicó un tiempo a la fotografía, era fotógrafo de Televisa, incluso, en la casa tengo montones de negativos con fotos de Lyn May de joven, de Carmencita Salinas joven. Entonces es algo que siempre ha estado en mí, inconsciente o conscientemente.
Es algo que siempre ha estado dentro y creo que sí es algo muy genético.
Creo que por la era en la que vivimos en donde estamos atascados de imágenes, bombardeados de contenido visual. Entonces pienso que el hecho de poder hacer una foto análoga, cazarla, buscarla, que nos obliga a pensarlo un poquito más nos ayuda tal vez a limpiar un poco esa contaminación visual que vivimos día a día y disfrutar con más conciencia y detalle las imágenes que consumimos.
Elijo la foto análoga sin duda, no hay nada como un registro físico, inclusive con los vinilos yo lo puedo ver, es el hecho de tenerlo físico, es la curación de saber qué es lo que estás esperando, qué textura puedes usar, o sea, qué rollo específicamente puedes usar para ciertos escenarios, escenarios de luz, escenarios de maquillaje, escenarios de texturas, el saber qué rollo te pueden dar ciertas cosas. Y lo digital no, yo siento que es algo muy tajante, claro lo puedes editar y que te de ciertas texturas, pero el film no necesita.
Mi primer acercamiento a la foto análoga fue, si no mal recuerdo, en el 2019. Fue por un amigo de mi papá que vendía cámaras, yo buscaba una cámara digital de mediados de los 2000's y cuando fui con el me sacó una Olympus X 700 y una Canon AE-1 y realmente no supe como decirle que no era lo que buscaba, pero me dejó ambas en $1500, un gran trato. No fue hasta el 2020 cuando empecé, yo tenía las cámaras arrumbadas y al querer empezar esto pregunté dónde podía conseguir rollos, me mandaron al centro mis papás y fui ahí donceles, compré varios rollos, compré hasta químicos de una vez para empezar a revelar junto con un tanque y así fue como empecé.
Foto Hércules es un proyecto que yo quiero mucho, porque siento que yo lo vi nacer y crecer a lo que es ahora. Y creo que hoy por hoy, es una parte muy importante de la imagen en la ciudad, porque por aquí pasan cosas muy curiosas, pueden pasar desde fotos de fiesta, fotos familiares, hasta trabajo de fotógrafos profesionales, directores de cine, etc. Han caído trabajos muy importantes para Foto Hércules y para la imagen en la ciudad, entonces creo que FH juega un papel primordial dentro dé, por los servicios que ofrecemos, junto con la calidad de los resultados.
Larga vida Foto Hércules.
Fefe
Soy Fefe, tengo 24 años y estoy en la parte de archivo.
Sí tengo un interés por la fotografía, pero siento que ahorita estoy más en un momento en donde tengo mucho síndrome del impostor alrededor de mi, entonces casi no la practico, pero surgió mi interés por ella hace aproximadamente 5 años que empecé la carrera y básicamente fue porque me quería dedicar al Fotoperiodismo, por las marchas y por el activismo que hacía, sentí que era necesario registrarlo. Además, mis papás también en su juventud tenían muchísimo interés por la fotografía, entonces el estar constantemente viendo sus fotos y sus proyectos que tenían de jóvenes esto también me invitaba mucho a tomar fotos.
Creo que he despersonalizado un poco la fotografía y en general todo lo visual, como lo consumo tanto luego hay veces que solo asumes que está allí. Pero en general, también el entrar a Foto Hércules me ha hecho darle un valor, de nuevo, a lo visual, desde el saber en qué estética está lo que estoy consumiendo y también la técnica que conlleva.
Creo que, más desde mi campo laboral o profesional, la fotografía es y representa una herramienta súper necesaria para la documentación y para transmitir lo que las palabras no pueden, ahora hablando desde un interés profesional mío como lo es la escritura, la argumentación y la redacción, siento que las fotografías aportan ese sustento que luego necesitas y que estás complementando.
Creo que la fotografía análoga es muy chida, porque también te hace más consciente de lo que estás observando y no solamente capturas por capturar, sino que incluso el momento de encuadrar y todo este “trip” logra que te vuelvas mucho más presente, le das un valor al momento de tomar la fotografía y no nada más tomar lo que sea, la foto ya es todo el fenómeno que hay alrededor.
Este último semestre llevo una clase que se llama “Expresiones y registros” que me ha enseñado la importancia de mantener viva esta práctica en nuestro día a día, además que me interesa mucho la parte de la documentación y esto hizo que se me prendiera el foco al respecto, pero no solamente desde el lado del fotorreportaje porque yo siento que fácilmente podría entrar un poco en el extractivismo de ver algo y tener que registrarlo, como solo tomarlo y no dar nada a cambio, si no más como desde el área visual/experimental. Intentar mezclar ambas, creo que estaría chido jugar con eso y hacer una especie de intervención.
Pienso que mi función es hacia el equipo de foto Hércules creo que nada más el hecho de ayudar en el archivo y tener todo a la mano implica también cuidar el tiempo de todo el equipo, el ver que están tan comprometidxs también es muy motivante para mí.
Creo que está muy chido seguir manteniendo viejas costumbres, incluso pensando en lo que pasó por la pandemia creo que es importante que este espacio se logró mantener a pesar de esas circunstancias, y lo que está muy cool es que también se conserva esta tradición análoga, pero no desde un lugar elitista, ya que por lo que he percibido las personas que trabajan aquí creo que son muy conscientes de su posición y de su privilegio, que no lo dan por sentado y que desean compartirlo.
Creo que está chido preservar las tradiciones, pero desde un lugar de conciencia.
Además, siento que hay una intención de crear comunidad, en el sentido de que hay mucha gente que viene a revelar rollos de su familia que se encontraron y se reviven memorias, eso está muy lindo. También el darle más difusión a todo el proceso que implica la fotografía análoga porque luego mucha bandita no lo sabe y creo que eso es parte importante para que se vuelva accesible para más gente.
Omar Gonzalez
Soy Omar, tengo 36 años. Trabajo en Foto Hércules como auxiliar administrativo.
Yo no he tenido un acercamiento personal a la fotografía, ni de interés personal pero eso no quiere decir que no haya sido afectado por la fotografía, sino más bien, esa etapa yo ya la viví de niño así que no es algo nuevo para mí. Siento que mucha gente actualmente lo ve como algo nuevo y para mí es algo que ya conozco, tal vez por eso no he agarrado ese hábito o interés.
Crecer rodeado de álbumes familiares es algo muy lindo.
Son recuerdos que a veces no tienes presentes, que a través de una fotografía puedes revisitarlos, te cuenta muchas cosas que sucedieron ahí, en ese entonces, siempre está rodeado del factor “recuerdo” y el tenerlo presente constantemente es algo que a diferencia de hoy en día se vivía distinto.
Creo que en todo momento estamos siendo invadidos de imágenes, ya sean buenas o malas, constantemente estamos recibiendo esa información y eventualmente terminamos llenos de ella, incluso si llego a creer que a veces las imágenes terminan por manipularnos y moldearnos.
Me gustaría fotografiar el día a día. La verdad no tengo un algo establecido que me gustaría fotografiar, así que creo que sería mi día a día, mi familia y ese tipo de cosas más personales.
Pamela Cea
Soy Pam, tengo 26 años y estoy en el área de Scan.
Yo llegué a la foto a través del cine, desde chiquita me gustó mucho, mi papá era muy cinéfilo entonces desde ahí empecé con el cine. Me clavé con ver los “Detrás de escena”, y quise estudiar cine, lo que me llamaba justo era la fotografía, pero después de muchas trabas lo hice a un lado; y terminé en foto por intentar seguir estudiando algo que me llevara de alguna forma de cine y me encantó la foto fija, creo que me gustó un poco más que la cinefotografía. De ahí me llamó mucho la atención las artes visuales en general.
A mí me gusta consumir muchas imágenes, soy super clavada de Pinterest, disfruto de solamente estar viendo y viendo estéticas, y fotografía que me gusta. Me gusta mucho la fotografía experimental y siempre quise experimentar con lo análogo, con el color, pero la economía no me lo permitía. Pero ahora que está la oportunidad de poder hacerlo análogo, creo que voy a experimentarlo y lo poco que he hecho ahora me ha gustado bastante.
Fue en la escuela de foto fue donde tuve mi primer acercamiento a la fotografía análoga y me gustó mucho el quehacer en el cuarto oscuro, el poder estar tú haciendo la foto, es muy diferente a lo digital. Eso me gustó mucho, todo el proceso más a mano, más tangible. Eso es lo que más podría apreciar de lo análogo y que me gustó bastante.
Siempre he ido más a lo experimental y a lo abstracto. Me gusta el Photoshop, me gusta alterar la imagen y ahorita lo que quiero lograr es esas alteraciones que puedes hacer en Photoshop de manipulación digital, ver si se pueden lograr, pero ya de manera análoga o sea como sí cosas abstractas, pero que estén desde la toma y que ya no haya tanta manipulación digital.
Estoy un poco clavada en lograr materializar todo este mundo de emociones que está en mi cabeza.
Me gusta mucho poder también ser parte de las fotos que pasan por aquí, el poder entregarle a alguien algo que le guste. Siento que la gente recibe su WeTransfer y se emocionan por recibir sus fotos. También está chido poder ser parte, aunque sea en silencio, de todas esas fotografías. Y pues yo creo que sí, mucha gente no sabe que hay todo un proceso para que les lleguen a las manos, que hay también cosas que cuidar en ese proceso en donde se escanea, para que pueda llegar a una foto a sus manos, que quede bien sí lleva su tiempo y su cuidado.
No sé si la gente está muy consciente de todo el proceso que ocurre acá y que sí existe esta digitalización junto con todo el trabajo que hay de por medio para lograr que la foto llegue lo mejor posible hasta sus manos.
Victor Tenorio
Me llamo Víctor Manuel Tenorio Campos, tengo 24 años y trabajo en el área de scan de Foto Hércules.
No sé exactamente cuándo nació mi interés por la foto, pero desde que tengo memoria, mi mamá siempre nos tomaba fotos, ella siempre era la fotógrafa de la familia, algo ahí llamaba mi atención, no sabía qué eran, ni entendía cómo funcionaban ni nada, pero me llamaba la atención.
Conforme fui creciendo, más allá de la fotografía, la imagen en general era la que me llamaba mucho la atención así como la creación de estas.
Fue en 2018, cuando tomé un curso de foto análoga cerca de mi casa y lo tomé porque en ese momento se puso muy de moda “GunnerStahl” que es un fotógrafo gringo que fotografía a las estrellas. Ahí aprendí mucho de cómo es el proceso químico, de la composición, el trabajo en estudio, un poco de edición, trabajo en la calle o en locación, etc. Ese curso empezó a hacer que mi motor empezará a avanzar e inicio esta especie de búsqueda, el saber cómo funcionan las cosas para poder hacerlas.
Pasó el tiempo y dejé de tomar fotos hasta que apenas hace poco más de 1 año, como inicios del 2023, volví a retomarlo justo antes de entrar aquí, pero de una manera casual, solo por diversión vaya, hasta que entre aquí y todo cambió, empecé a ver la foto desde un punto de vista muchísimo más profesional, con muchísimas más posibilidades y pues fue cuando ya me lo empecé a tomar en serio.
Desde siempre me han llamado mucho la atención las imágenes, desde que era morrito, estaban los libros de mi casa, revistas que tenía mi mamá que yo tomaba por curiosidad. Después en Tumblr, por ejemplo, es donde empecé a tener mi inyección de imágenes y de dibujos, fotos, atmósferas, espacios, etc.
Una vez que empecé a tomar conciencia del Internet me obsesioné un poquito, así que comencé a buscar muchas imágenes viendo a dónde podían llevarme todas estas creaciones de personas desconocidas.
De cierta manera siempre ha sido una búsqueda del tesoro, encontrar “la imagen perfecta” o encontrar la imagen más llamativa, siempre me ha gustado eso. Pero sí creo que es una especie de adicción, el buscar qué están haciendo las demás personas, me llama mucho la atención todas las diferentes estéticas que las personas crean, desde lo más limpio, hasta algo súper atascado y grotesco.
Todo eso me llama la atención, todo ese espectro me encanta.
El espacio real también me llama mucho la atención. Recuerdo que cuando empecé a cursar la prepa fue cuando iba más lejos de mi casa, y veía estos escenarios o estas escenas que ya sucedían fuera de mi contexto, entonces de repente el mundo se volvió un poco más grande.
Siento que no estoy casado con nada. Me gusta desde tomar fotos en la fiesta, hasta como te digo, estos paisajes urbanos, estos objetos en la calle raros, me llama mucho la atención esta estética “trashy” se podría decir.
Aunque ya no lo he hecho últimamente, he dejado un poco esa parte respirando, porque siento que para tomar ese tipo de fotos tendría que estar mucho en la calle y ya casi no lo estoy tanto. Por otra parte, le he estado agarrando el gusto a los retratos más construidos, de una manera más dirigida, creo que eso se encamina a lo editorial, creo que por allí estoy llevando un poco mi trabajo. Dejar la improvisación un poco de lado, porque luego a mí me paraliza un poco y no sé qué hacer y cuando se me ocurre algo no estoy convencido. Entonces ahora estoy enfocando toda mi energía en eso.
El estar aquí fue un evento canónico y ahora si soy sincero lo digital ya no me trae satisfacción, no me llena.
Ahora lo que más me gusta de la foto, es todo el proceso de la foto análoga y que, así nació al final de cuentas, eso que alguien se inventó hace muchísimos años y mantenerlo vivo, eso es lo que me gusta. Yo siento que no está obsoleto ni mucho menos y eso sí me trae satisfacción, porque una vez que tienes tu negativo ahí te acuerdas, es un ejercicio de memoria muy interesante porque te empiezas a acordar de ese momento y de dónde estabas parado, los valores usaste, incluso la luz más o menos viene a tu memoria.
Aprendes con cada rollo, cada rollo que usas te deja algo y muchas oportunidades de mejorar, con el análogo vas aprendiendo y te da esta sensación de que la imagen está viva, vez el grano y piensas que esto está vivo.
No sé, es como otra dimensión.
No sé, yo me pongo a pensar en todas las fotos que veo a diario y si yo no las estuviera viendo, si Foto Hércules no existiera, alguien más estaría viendo todas esas imágenes que yo veo a diario. Siento que FH es un lugar que sí o sí iba a suceder.
Me parece también muy chido que les den esa importancia a las imágenes, porque creo que las imágenes tienen un peso muy grande en nuestras vidas, desde siempre. Pero yo creo que, si a alguien no se le ocurría crear un espacio como este el filme sí se iba a hundir un poco más.
Recordando mis primeros días aquí, yo no conocía todas las herramientas que utilizaban, no tenía experiencia ni nada, pero aun así me contrataron entonces creo que mi valor aquí no tiene que ver con que sepa corregir color o que pueda limpiar el pelito de una foto. Creo que mi valor aquí está más bien en que realmente trato cada rollo como si fuera mío, por más banal o más mal expuesto que esté o lo que sea si lo trato como si fuera mío, le intento dar esa importancia.
Siento que las imágenes detonan cosas en mí
y yo a veces intento que esas imágenes detonen algo en alguien más. Siento que a veces mi valor aquí está en recordarles a mi equipo que lo que hacemos es muy chido, es un trabajo que muy poca gente tiene realmente.
Andrea Parra
Me llamo Andrea Parra Pérez. Tengo 26 años y soy editora en el área de scan.
Yo crecí viendo a mi abuela materna siempre tomándole fotos a sus nietos e hijos más que nada, a la familia. Es algo muy natural para mí ver a alguien siempre tomando fotos. Cuando yo tenía más o menos 12 años mi mamá compró una cámara réflex, porque a ella también le gustaba tomar fotos. Un día se la robé y empecé a usarla por ahí en el jardín y la verdad me encantó, fue por esto por lo que le pedí que me comprara una cámara y me compro una mini digital, la usaba todo el tiempo, me la llevaba a los viajes de la escuela y eventos similares.
Pasó el tiempo y lo empecé a tomar más en serio, entre a un curso y me encantó; hubo un tiempo que lo dejé, pero ya hace unos 4 años más o menos que lo retomé porque, si soy sincera, siempre ha sido lo que me ha gustado y descubrí que no solo se nace con el talento, sino que también se hace.
Me encanta ver y observar
Me gusta la foto como producto de consumo, como arte y de sus distintas formas, es algo que me inspira muchísimo, sin tener que ser una foto super bien compuesta o completamente única, es algo que me inspira. Todo el tiempo estar viendo, es mi forma de redescubrir el mundo, creo que la foto me hizo ver el mundo de otra manera que no lo esperaba.
Siento que me relaciono mejor con el mundo a través de la fotografía, me ayuda a sobrellevar mejor la vida en general, todo lo que conlleva. Nunca he sabido bien qué es lo busco con la foto, sé que entiendo el mundo a través de ella, sé que me gusta retratarlo y redescubrirlo y observar cosas que pueden pasar desapercibidas que provocan una sensación en mí, eso me gusta, eso busco siempre.
Prefiero la foto análoga, aunque por mucho tiempo yo solo tomaba foto digital, fue hace 3 años más o menos en donde a través de Instagram tuve mi primer acercamiento a la foto análoga, yo siempre he seguido a muchos fotógrafxs y noté que había una tendencia en donde muchos estaban regresando a usar film y esto me llamó mucho la atención.
Me gusta mucho el proceso de la fotografía química, suena muy cliché, pero creo que es como hacer magia.
Le da un toque muy distinto y único a la fotografía, a pesar de que, con digital, puedes tomar las mismas fotos y editarlas para hacer que se vean como un Portra 400 o cualquier rollo si quieres.
Creo que tiene algo distinto al hecho de utilizar un rollo que contiene plata, que es un material muy valioso y tener que hacerlo pasar por un proceso para finalmente obtener la imagen, va más allá de solo tenerla digital, sino que también la tienes de manera física con el negativo, es una forma de preservar un arte.
El medio físico también importa, y también creo que es algo muy simbólico que las fotos que tú tomes tengan un material que históricamente siempre ha sido tan valioso para la humanidad.
Actualmente creo que sí me gustaría darle un mayor significado, hacer foto también por otra razón, tal vez un poco más yéndome hacia el lado documental puede ser, siempre me ha interesado esa parte, pero nunca la he puesto en práctica y creo que me gustaría hacer algo así, documentar o contar otras historias ajenas a mí, con un propósito social más claro.
Yo me siento muy feliz y orgullosa de estar en este espacio, estoy muy agradecida, para mí es un sueño vivir de la fotografía análoga. Estoy en un lugar muy chido, con gente muy chida, haciendo cosas muy chidas. Me tomo muy enserio el trabajar las fotos de la gente, aunque a veces es un poco abrumado ver tantas imágenes, pero yo también fui clienta y sé lo que significa, aunque para todos tienen diferentes significados, sus fotos y diferente valor, pero me parece un trabajo muy interesante, muy estimulante.
Realmente pienso que la foto análoga ha llegado a mucha más gente que tal vez antes no se le había cruzado por la cabeza la idea de comprarse aunque sea una cámara desechable como una alternativa para tomar sus fotos. Tal vez su intención no es la preservación de la fotografía analógica, tal vez su intención va más a la estética de esta, pero bueno, contribuyen a que este medio siga existiendo y creo que en Foto Hércules tenemos una responsabilidad importante dentro de todo esto y me gustaría seguirlo viendo crecer.
Diego Cabello
Soy Diego, tengo 28 años y estoy en la parte del área de Scan.
Mi interés por la foto nació desde chiquito. Cuando había reuniones familiares siempre me llamaba la atención que mis tías y mis tíos llevaban sus cámaras digitales cybershot, y siempre me gustó mucho ver el aparato tan chiquito y que pudiera tomar fotos, entonces yo les decía a ellos que mejor se quedaran platicando y conviviendo mientras yo tomo las fotos ya que siempre andaba de aquí para allá, caminando y jugando.
Poco a poco esto se volvió una costumbre, cuando estaba en reuniones siempre me hablaban para tomar las fotos familiares, aunque también tomaba muchas fotos de mis primos y yo solo jugando, haciendo cualquier cosa, pero sí me gustaba mucho tomarle fotos a la gente, a el pastel, cuando cantaban las mañanitas, las piñatas, todo eso; entonces siento que desde ahí me gustaba mucho estar capturando esos momentos.
Tiempo después convencí a mi papá de que me comprara una cámara, que fue una similar, una HP digital y me la llevaba a todos lados, cuando íbamos de vacaciones a Acapulco o a cualquier lado, yo me la llevaba y todo el tiempo estaba con mi camarita, ni siquiera tenía ni celular en ese entonces. Ya más grande y con más práctica en la computadora, me comenzó a interesar hacer videos con las propias fotos, le ponía canciones y algún texto.
Cuando tenía entre 15 y 16 años un día fui al centro con mi papá y al estar caminando por ahí llegué a Donceles. Me llamó mucho la atención ver que había muchos puestos referentes a la fotografía, de cámaras y de todo, y vi un buen de cámaras análogas, hubo una que me llamó muchísimo la atención era una Canon AE-1 con todo y un lente 50mm, junto con 2 rollos uno a color y otro B/N, si no mal recuerdo fue un Fuji C200 y un 400TX. Esa fue mi primer cámara análoga.
Mi primer rollo me duró como 6 meses y recuerdo que lo mandé a revelar en un mercado en Medellín y me imprimieron todas las fotos, no me las dieron digitales y la verdad me gustaron mucho.
Hubo muchas subexpuestas y que no salieron tan bien, pero aun así me gustó muchísimo el resultado, además como me tardé 6 meses en tomar el rollo y pasó mucho tiempo, había cosas que ya ni me acordaba que había tomado, fue como una mini cápsula del tiempo.
Como me gustó mucho me fui adentrando poco a poco a todo el mundo de los rollos y la diferencia entre cada uno, de tipos de cámaras, etc. Empecé a venir aquí a revelar y así se fue dando.
Hace un par de años lo que más me interesaba, giraba en torno a lo que veía en Instagram o a Twitter, me gustaba mucho meterme y ver fotos muy minimalistas, de objetos más solos, justo esa estética me gusta mucho, imágenes muy limpias.
Me gusta mucho el blanco y negro, del color me gustan solo cuando hay escenas con colores muy vibrantes, sabes. Pero actualmente me estoy alejando de ese tipo de fotos y ya no intento hacerlo tanto, sino ahora me gusta un poco más el movimiento y he estado practicando un poco más este tipo de fotos, a velocidades bajas, para capturar un poco más de vida.
El estar aquí trabajando y viendo las fotos que llegan me conflictúa un poco ya que claro que sí disfruto verlas, pero me gustaría mucho más el vivirlas, ser yo el que toma las fotos y está en esa escena. También me alegra mucho el ver que hay personas que pueden vivir ese tipo de experiencias, que tengan ese tiempo de poder tomar fotos o salir de viaje y llevarse su cámara para registrar lo que ellxs quieran.
Creo que es muy importante este espacio, empezando desde la atención, porque mínimo a mi, cuando voy a algún lugar me gusta que me atiendan bien y que quien sea que te esté atendiendo sepa algo de foto o que le llame un poco la atención, que le importe y se interese por todo esto, que pueda escucharte y recomendarte algo que vaya contigo.
También creo que es muy importante porque lo que llegan aquí son recuerdos y en mi experiencia, desde que era chico el tomar fotos en alguna reunión familiar de fin de semana era importante y que a mí sí me gusta conservar, incluso yo tengo todos mis negativos y todas las fotos impresas desde hace años.
Es importante el no cometer ningún error, ni en el proceso de revelado, ni en su escaneado ya que nos están confiando parte importante de su vida sea lo que sea, un viaje, una fiesta o selfies.
EPÍLOGO
El vivir nuestro día a día creando memoria es un acto que podemos olvidar accidentalmente, pero al concientizar que estamos trabajando con negativos, objetos delicados que vienen del pasado pero llenos de imágenes del ahora, como si fueran fragmentos de otro tiempo que nos conectan con el presente, usando máquinas que caen en la decadencia año tras año, pero que, a través de nuestro contacto con ellas, continúan generando significados.
Este proceso, que va más allá de lo técnico, se convierte en una búsqueda, un camino que constantemente nos empuja a avanzar pero frenando. Detenerse es necesario, porque al frenar, podemos redescubrir, contemplar y escuchar, para hallar un destello de nosotros mismos en el otro, en los recuerdos, en los lazos de nuestra historia personal.
Este acto de detenerse y reflexionar nos lleva a una de las grandes verdades que encierra el negativo fotográfico: es un documento que trasciende la burocracia de la cultura y toca el alma, hablándole directamente a nuestra memoria colectiva y personal, a lo que somos y lo que hemos sido. En ese trozo de película fotosensible, se conserva nuestra esencia, nuestra herencia, y los momentos que conforman nuestra historia, incluso aquellos que parecen olvidados.
En este contexto, compartir se convierte en un pilar fundamental de nuestro proceso. Foto Hércules, como espacio colectivo, es el reflejo de una comunidad que se alimenta de la interacción de ideas, visiones y perspectivas distintas. Es un lugar donde las diferencias no nos separan, sino que se entrelazan, se vuelve una danza que va generando un pensamiento colectivo en torno a lo que es la fotografía, en sus diversas formas y definiciones.
Este espacio ha creado una sinergia única, una telepatía de ideas y sentimientos que nos conecta de una manera que va más allá de cualquier palabra o imagen.
A través de la fotografía, construimos lazos reales, tangibles, que tienen implicaciones profundas en nuestra vida cotidiana y en nuestra existencia más íntima. En donde el negativo nos acompaña y funciona como el soporte en donde descansa todo este registro, en donde la memoria aterriza, y nos recuerda de lo que estamos hechos.
La fotografía misma, con su poder de capturar momentos, se convierte en un reflejo de nuestra realidad y al mismo tiempo, de lo que no podemos ver a simple vista. Es como un fantasma que persiste en el tiempo, ¿existe el momento en que fue tomada o existe en el presente donde la estamos observando? Así, cada fotografía se convierte en un amuleto cargado de historias, de recuerdos, de lo que fuimos y lo que somos, que nos conforma y construye mediante las imágenes.
Nos damos cuenta que la fotografía actúa como un medio de descubrimiento personal, en este viaje hacia el interior de nosotros mismos y a través de ella, somos capaces de escuchar y observar las marcas que el camino ha dejado en nosotros. Lo que se muestra y lo que se oculta, lo visible y lo invisible, todo se revela a través de este ejercicio fotográfico que, al igual que el cuarto oscuro, permite que el vacío se transforme en luz, en forma, en algo real. Y así, en esa soledad inicial, encontramos las respuestas a nuestras propias preguntas, explorando las profundidades de nuestra herencia, de nuestra historia, de lo que somos y a dónde vamos.
Finalmente, la fotografía, como la mayor herencia de la alquimia, tiene el poder de transformar lo intangible en tangible, lo efímero en eterno. Es un arte que no solo revela lo que está ante nuestros ojos, sino también lo que yace oculto en lo más profundo de nuestro ser. Aquí intentamos reconocer esto en cada persona y foto que pasa por nuestras manos, honrando y construyendo cada negativo.
Así es como, en un intento por ver hacía dentro de lo que es Foto Hércules y ver quienes lo convierten en lo que es, encontramos un destello del porqué hacemos lo que hacemos, siguiendo y marcando el camino que nos fue heredado, abriéndonos paso en el futuro incierto que viene delante nuestro, escribiendo nuestra historia.
Gracias.
- Alonso Miranda (eamn)